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lunes, 19 de noviembre de 2012

PATRIMONIO CULTURAL: Albalate de Zorita (Guadalajara)


Localización

Situación

Villa alcarreña atravesada por la C-200 que comunica con Almonacid y Pastrana.

El entorno natural en el que se halla Albalate es privilegiado. Está situado a las faldas de la sierra de Altomira, cuyas cumbres marcan la línea divisoria con la provincia de Cuenca. Tiene una hermosa vega, después de la cual, a unos kilómetros tenemos el paraje llamado “Cabanillas” por donde pasa el Río Tajo y donde se halló la Famosa “Cruz del Perro”. Carretera arriba hacia Tarancón, se encuentra el monte, este paraje se llama Aldovera, antiguo pueblo medieval comprado por Illana y Albalate, en el S. XVI. Existen rutas señalizadas de todos estos parajes.


Arte e historia

Si bien no se puede considerar que Albalate sea un pueblo cargado de Historia y por tanto tampoco de Arte, no es menos verdad que en él podemos encontrar pequeños tesoros orgullo de los Albalateños, y su historia, ligada a la de Zorita y también a la familia Mendoza, es una parte importante de la historia de España, en estas paginas podrás ver un pequeño esbozo de la Historia de este pueblo y descubrir esos pequeños tesoros que los Albalateños cuidamos con esmero, solo te resta venir a este agradable pueblo y verlos in situ y oír de sus habitantes mil y una historias más, que sin ser de grandes personajes, son importantes en el convivir diario de sus habitantes.

IGLESIA PARROQUIAL DE SAN ANDRES:

La iglesia parroquial está dedicada a San Andrés, de fuerte fábrica de sillar, carece de torre y muestra su arquitectura renaciente con contrafuertes en los costados y un par de interesantes puertas. La principal, está orientada al norte y es participe de dos estilos artísticos que la sitúan en el paso del siglo XV al XVI. Esta portada está flanqueada de dos gruesos contrafuertes, y el ingreso muestra un triple arco escarzano apoyado en sendas columnillas rematadas en capiteles de tema vegetal. El intrados de estos arcos está decorado con motivos vegetales y animales muy movidos y de gran carácter gótico, entre ellos algunos temas zoomórficos de tipo fantástico. Un gran arco trilobulado, ornado por cardinas y florones, rodea a la estructura del ingreso, e incluye dentro otro picudo remate con enormes ornamentos vegetales, exhibiendo una infrecuente combinación de formas geométricas que viene a caracterizar a esta puerta dentro de momentos más barroco del gótico isabelino.

Dentro del trilobulado arco hay una ménsula o repisa, hoy vacía, escoltada de los escudos simbólicos de San Pedro y San Andrés.


Toda esta estructura gotizante va enmarcada, a su vez, por dos altas pilastras adosadas y rematadas en capiteles, que se cubren por un sencillo friso, sobre el que apoya venera que culmina el conjunto. Es en estas jambas y friso donde aparecen los elementos ornamentales más característicos del estilo plateresco: grutesco, plantas irreales, animales fantásticos mezclados en ellas, etc, en un abigarrado conjunto de renacentista espíritu.

Sobre las hojas de madera de la puerta, luce todavía una magnifica guarnición de clavos y un par de aldabones. La otra puerta del templo está en el muro sur, es de simple trazado renacentista, de la mitad del XVI y presenta un par de pilastras laterales rematadas en capiteles, friso que los une y florones. 

Guarda buenos clavos de cazoleta rayados en cruz y una buena cerraja de forja. El interior es de tres naves que se separan por cilíndricos pilares rematados en anillos de decoración de bolas y de los que arrancan las bóvedas de crucería con complicados y bellos dibujos. Realizo esta magnifica obra arquitectónica, en la primera mitad del siglo XVI, el maestro Miguel Sánchez de Yrola. El interior es de tres naves que se separan por cilíndricos pilares rematados en anillos de decoración de bolas y de los que arrancan las bóvedas de crucería con complicados y bellos dibujos. Realizo esta magnifica obra arquitectónica, en la primera mitad del siglo XVI, el maestro Miguel Sánchez de Yrola.




Su altar mayor lo ocupó desde el siglo XVI el retablo (lastimosamente perdido), obra pictórica de Hernando Rincón de Figueroa, cubriéndole ahora por entero, desde el siglo XVIII, un altar barroco que cubre por completo la pared del fondo del presbiterio, con columnas, basamentos, frisos y paneles de dorada y prolija decoración.

En lo alto muestra un buen cuadro con el martirio de San Andrés, óleo sobre lienzo, realizado por Alonso de Higueras en 1 707. El resto de sus tallas son modernas.

En el último tramo de los pies, se encuentra la tribuna, con una bóveda de crucería en la que se aloja una sencilla sillería de madera de once bancos, construida en 1 737. A los pies del templo, en su costado de poniente, está la capilla del bautismo, añadida en la segunda mitad del siglo XVI. En ella se guarda un valioso ejemplar de escultura plateresca: la PILA BAUTISMAL, obra de talla sobre alabastro, en la que cuatro aladas bichas, bastante deterioradas, sirven de pie a la copa de la pila, en la que aparecen talladas cabezas de ángeles, calaveras y otros grutescos. Es del círculo o taller de Alonso de Covarrubias o Jamete.


ERMITA NUESTRA SEÑORA DE LOS REMEDIOS:

Construida a mediados del siglo XVII, con una portada de severidad herreriana y rematada en vacía hornacina pregona los atribulados tiempos por los que la religión ha pasado en nuestra patria.

En ella se venera una imagen que según se asegura trajo de Flandes un soldado, hijo del pueblo, que se encontró un lienzo en un muladar con un bastidor de madera de medio cuerpo, y en acción de gracias decidieron construir esta ermita.

FUENTE DE LOS TRECE CAÑOS:

Sin lugar a dudas el más popular de los símbolos que dan fama a Albalate es esta fuente, que derrama continuamente un verdadero río fraccionado por sus trece caños.

De antigua existencia, ya en la relación que nuestros antepasados enviaron a Felipe II, con fecha de 1 de diciembre de 1 575, los entonces alcaldes ordinarios Juan Sánchez de las Heras y Pedro Gallego, hablaban ya de dicha fuente. La construcción actual, sólida y perdurable, data del siglo XVII y se trata de un muro de fuerte sillería en el que se ostenta en su frente un descriptivo blasón que recuerda el hallazgo de la Cruz milagrosa.
  

De este muro surge caudal de agua a través de diez gruesos caños hechos de tallada piedra en forma de leoninas o perrunas cabezas. Es además un curioso ejemplo de fuente renacentista, por lo que atañe al modo de recoger el manantial y canalizarlo. Por la parte de atrás de la fuente salen otros tres caños que vierten en otro pilón.

ERMITA DE CUBILLAS:

A escasa distancia del pueblo, en dirección de poniente, sobre la llana y fértil vega, se encuentra el cementerio, y en él las ruinas de la llamada, desde antiguo, ermita de Cubillas o de Nuestra Señora del Cubo.

En su muro sur se abre una hermosa y sencillísima puerta de múltiple arco apuntado, ornado el más exterior con orla de puntas de diamante, mientras que el interno presenta un baquetón en zigzag, apoyándose todo en una serie de vegetales capiteles sobre inexistentes columnas.

   


Bajo el alero, un total de 31 canecillos del más puro estilo románico, algunos de ellos mostrando temas animados (personajes varios, aldeanos en faenas comunes, caras grotescas, animales imaginarios, cabezas zoomorficas, etc). El primitivo ábside semicircular ha sido reformado.

La tradición refiere que este templo perteneció a un convento de templarios. El hecho cierto es que se trata de una obra del siglo XIII y que muy bien pudo haber sido la primitiva parroquia de lugar de Albalate de Zorita, que en esa época entró en la historia, siendo el monumento más antiguo de la comarca.







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