MONASTERIO DE YUSTE - LA ULTIMA MORADA DEL EMPERADOR
El Monasterio
de Yuste está
situado en las estribaciones de la Sierra de Gredos, en la comarca natural de
La Vera (Cáceres), junto a la localidad de Cuacos de
Yuste. El convento actual se reconstruyó sobre las ruinas del viejo
Monasterio que sirvió de residencia a Carlos V.
Actualmente el Monasterio de Yuste es un importante
punto de referencia por su significación histórica y artística, además de la
notable belleza
natural del entorno donde está ubicado.
Vista exterior
El
monasterio data de principios del siglo XV (1402), cuando se construye, según
cédula existente, un cenobio que posteriormente daría paso al actual edificio,
el cual fue erigido a iniciativa de varios vecinos de la Vera, con el objeto de continuar allí la
vida contemplativa de los «ermitaños de la pobre vida», acogidos con
posterioridad a la Orden de San
Jerónimo.
El
delicado estado de salud del Emperador, tanto físico como anímico, y las
fuertes depresiones que padecía, vestigios quizás de la enfermedad de su madre,
Juana I de Castilla (Juana la Loca) hicieron que Carlos V se planteara el traspaso de poderes a su
hijo Felipe y su retirada discreta a un lugar de
descanso.
El
acto oficial de la abdicación en favor de Felipe II tuvo lugar en los Países Bajos en octubre
de 1555.
Un
año después, Carlos V abandona los Países Bajos e inicia su particular viaje
hacia el Monasterio de Yuste. La comitiva
desembarca en Laredo en septiembre de 1556 y tras recorrer toda la meseta
castellana llega a Jarandilla, donde se aloja en el Castillo de los
Condes de Oropesa (hoy convertido en Parador de Turismo).
En
el año 1556 Carlos I de España (y
V de Alemania) decide retirarse a algún convento para hacer en él
vida monástica, eligiendo para ello el Monasterio de Yuste. Por esta razón
tuvieron que realizarse numerosas obras para ampliar las escasas dependencias
con las que el Monasterio contaba en ese momento y que eran insuficientes para
albergar al emperador y a las 60 o 70 personas con las que contaba su séquito
personal.
Claustros
El 17 de
septiembre el Emperador embarca en Flesinga, acompañado por un séquito de 150
personas y de sus hermanas Leonor y María, rumbo a España en la que arribará el
28 de septiembre de 1556.
El viaje hacía su reposo final comenzó en otoño, el Emperador, incansable viajero, partió de Laredo el 8 de
octubre y tras franquear la cordillera cantábrica, pasar por Medina de Pomar,
llegar a Burgos y cruzar Torquemada, Dueñas y Cabezón, alcanza Valladolid,
donde descansaría durante dos semanas antes de afrontar la última parte de su
viaje.
Cuacos de Yuste y la Comarca de la Vera estaban más cerca, lejos de desanimarse por el otoño
lluvioso que se acercaba, Carlos aceleró los preparativos para su marcha, despidió a la mayor parte de su séquito tomando a su cargo un
total de 50 personas, entre ayudantes personales, cocineros, lavanderas,
maestro cervecero...; y comenzó la ruta que lo llevaría a recorrer la distancia
que lo separaba de Medina a Jarandilla.
El 12 de noviembre
el viejo emperador, cansado y enfermo, concluye la última etapa de su viaje,
antes de descansar en el Monasterio de Yuste. Etapa que se prolongaría hasta febrero de 1557.
Por fin, el 3 de
Febrero a las cinco de la tarde el Emperador Carlos V realiza su entrada en el Monasterio
de Yuste en litera, impedido por su enfermedad, la
gota, Carlos es recibido por los monjes jerónimos, las campanas del Monasterio
y la luz de la comarca extremeña.
Litera
El Emperador había llegado a su deseado retiro, al
anhelado lugar donde habría de permanecer hasta el fin de sus días, acompañado
del silencio y el paisaje, donde podría olvidarse de la ajetreada vida
política, de los viajes, de las luchas religiosas y disfrutar junto con los
jerónimos de un tiempo de descanso y sosiego, hasta su muerte que no fue
provocada por la gota, su mal histórico, sino por el brote de paludismo que
invadió la comarca de la Vera.
Iglesia
La
Casa-Palacio constaba de dos plantas con cuatro estancias cada una, alrededor
de un patio interior. Las habitaciones del emperador estaban ubicadas junto al coro de
la iglesia, de modo que le permitían asistir a los oficios religiosos desde su
propio dormitorio, sentado en su litera, donde permanecía postrado debido a la
grave afección de gota que le aquejaba. Durante la estancia del
emperador en Yuste, numerosos personajes de la Corte pasaron por allí para
visitarle, entre ellos su propio hijo, el monarca Felipe II.
Dormitorio del Emperador
El
21 de septiembre de 1558, moría Carlos V en la que fue su última morada. Fue
enterrado en la iglesia para, con posterioridad, ser trasladados sus restos al
panteón real del Monasterio de
El Escorial (Madrid),
por expreso deseo de su hijo Felipe II.
Ataud del Emperador
En
la Guerra
de la Independencia, las dependencias del convento fueron
incendiadas y quedaron prácticamente destruidas. Los Jerónimos fueron
expulsados de Yuste y posteriormente, con la desamortización
de Mendizábal, el Monasterio fue puesto en pública subasta,
iniciándose una época de abandono y deterioro del edificio.
En
1949, la Dirección General de Bellas Artes inició la reconstrucción del
monasterio, procurando respetar al máximo el diseño y los proyectos originales.
El conjunto arquitectónico se
compone de dos partes claramente diferenciadas: por un lado, el convento y, por
otro, la residencia del emperador. El convento, a su vez, lo forman la iglesia,
ubicada en el centro y dos claustros, uno gótico y el llamado claustro nuevo. La iglesia y el claustro gótico pertenecen al siglo XV, mientras que las
demás construcciones son del siglo XVI.
La
planta de la iglesia es de una sola nave y de cabecera poligonal. El templo se
comunica con el claustro gótico, el cual se dispone sobre planta rectangular,
con un alzado de dos plantas, cubriéndose las galerías del claustro con
techumbre plana de madera. La organización del claustro nuevo, de estilo
renacentista, es similar al gótico.
Por
lo que respecta a la vivienda de Carlos I,
se trata de una edificación sencilla, en la que predomina el ladrillo, la
mampostería y la sillería como materiales más utilizados, sin apenas elementos
decorativos.
La
planta principal de la que fuera residencia del emperador es sencilla,
estructurándose en un pasillo central con dos estancias a cada lado. En el ala
de la izquierda se encuentran la antecámara y la alcoba de Carlos V, estancia
que se comunica con la iglesia. A la derecha se sitúan dos estancias más, con
sendos miradores que dan a la huerta que completa el conjunto. Una de dichas
habitaciones fue comedor y sala de audiencias.
Entre
el escaso mobiliario de la residencia regia, destaca la silla construida
especialmente para el monarca, que sufría de gota. También cabe mencionarse el
reloj de bronce y plata, realizado por Jeremías
Metzger y que está datado
en 1562.
Es curioso como a escasos
metros del Monaterio podemos encontrar un cementerio de soldados alemanes de la
primera y segunda guerras mundiales.
Cementerio militar
localizado en las proximidades del Monasterio de Yuste,
en el municipio de Cuacos de Yuste,provincia de Cáceres, España.
En él están
enterrados muchos de los soldados, aviadores y marinos alemanes de la Primera Guerra
Mundial y Segunda Guerra
Mundial que llegaron a las
costas y tierras españolas debido a naufragios o al derribo de sus aviones.
El gobierno
alemán, a través del Volksbund
Deutsche Kriegsgräberfürsorge (organismo
encargado de velar por los cementerios de guerra alemanes), decide reunir en un
único lugar los cuerpos de los soldados alemanes repartidos por España. Las
obras se inician en 1980 y ese mismo año comienza el traslado de los cuerpos,
finalizando la labor en 1983, cuando es inaugurado de forma oficial el 1 de
junio, con la asistencia de representantes de la Embajada Alemana, autoridades
españolas y familiares llegados desde Alemania.
Todas las
sepulturas son iguales y únicamente tienen una cruz en granito oscuro. Como
inscripción figura el nombre del soldado, su categoría militar, así como su
fecha de nacimiento y muerte.
Destacan los 38
marinos fallecidos en el hundimiento del U-77 frente a las costas de Calpe, los cinco
submarinistas pertenecientes al U-966, un tripulante del U-760, otro del U-454,
uno del U-447, cinco del U-755, uno del U-955 y uno del U-39 de la I Guerra
Mundial, así como numeros pilotos y tripulantes de la fuerza aérea (Luftwaffe). Igualmente existen 8 lápidas con
la inscripción "Ein Unbekannter Deutscher Soldat", dedicadas a los
restos de 8 hombres cuya identidad no se conoce.
En el cementerio
hay una placa que dice, traducido del alemán:
En este cementerio de soldados descansan
28 soldados de la Primera Guerra Mundial y 154 de la Segunda Guerra Mundial.
Pertenecieron a tripulaciones de aviones que cayeron sobre España, submarinos y
otros navíos de la armada hundidos. Algunos de ellos murieron en hospitales
españoles a causa de sus heridas. Sus tumbas estaban repartidas por toda
España, allí donde el mar los arrojó a tierra, donde cayeron sus aviones o
donde murieron. El Volksbund en los años 1980–1983 los reunió en esta última
morada inaugurada en presencia del embajador de la República Federal de
Alemania en un acto conmemorativo hispano-alemán el 1 de junio de 1983.
Recordad a los muertos con profundo respeto y humildad.
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